El mercado de trabajo empieza a coger ritmo, y las ofertas de empleo se multiplican. Sin embargo, eso no quiere decir que lograr un puesto sera fácil, ya que la competencia sigue siendo feroz.
Por eso, la primera impresión en una entrevista de trabajo sigue siendo vital. Se trata de la primera toma de contacto con la empresa, y una oportunidad única para demostrar que se es válido para el puesto que se oferta. «Los entrevistadores reúnen pistas según la puntualidad, la forma de vestir, el apretón de manos, el contacto visual o las primeras palabras que se pronuncian»
Es importante contar con una estrategia que permita causar una buena primera impresión», insiste Haefner. Por contra, un mal comportamiento puede descartar por completo a un candidato para un puesto, advierte el experto, que señala algunas de las situaciones más extremas que se han encontrado en algunas entrevistas de trabajo, como un candidato que llevaba escondido a su pájaro dentro de la camisa.
Casos ridículos
Otros casos ridículos que han registrado en CareerBuilding son los de un hombre que robó una foto de familia de la mesa del entrevistador, u otro que, al ser preguntado sobre por qué quería el puesto de trabajo, aseguró que «su esposa quería que consiguiese un trabajo». Una sinceridad que, advierte Haefner, no le otorgó más puntos.
Prohibido mentir
Fuera del lenguaje corporal, el error más grave según el 69% de los encuestados es la mentira: detectar un embuste en un candidato es motivo de descarte. El siguiente fallo más grave, según el 68% de los encuestados, es atender una llamada o contestar un mensaje de texto durante la entrevista. En tercer lugar se encuentra la actitud arrogante.
Fuente: El Economista