Todo cambia gracias a la tecnología y el paso del tiempo.
Internet no tiene horario: todo está abierto 24 horas al día durante todos los días de la semana, sea festivo, sea de noche o sea una hora demasiado temprana de la mañana. No hay un momento de descanso y no hay momentos en los que se pueda cerrar por vacaciones. Internet es un entorno siempre abierto, siempre disponible y en el que las cosas se hacen cuando a uno le apetece o cuando siente que lo necesita. Y esto ha cambiado las dinámicas de acceso a la información, de relaciones y, por supuesto, de consumo. La red ha eliminado los horarios de apertura y ha hecho que las tiendas se hayan convertido en un elemento siempre activo y siempre abierto.
El ecommerce no tiene horarios y los consumidores pueden comprar sus productos en cualquier momento. Y esto ha tenido ya un impacto en lo que se hace de forma recurrente y las costumbres de los consumidores.
Los consumidores ya no compran con horario de tienda. Las compras se han extendido a lo largo del día y, sobre todo, de la noche. La conclusión más destacada del estudio sobre los hábitos de compra y sobre los momentos en los que se elige realizar estas transacciones es el hecho de que ha aumentado la compra a medianoche.
Durante el BlackFriday, de hecho, el pico de conversiones fue a la 1 A.M., con un pico de tráfico a las 12 A.M. La explicación puede ser lógica, ya que los consumidores quieren ser los primeros en acceder a las ofertas y estas aparecen justo a esa hora.
Pero, por otra parte, el estudio también señaló que las horas de mayor actividad para las compras son entre las 8 y las 9 de la mañana, demostrando que las horas de compras online están mutando y que ya no se depende de ese momento tradicional en el que todo el mundo parecía que iba a comprar. Los compradores son cada vez más madrugadores y las marcas tendrán que aprender a servir los productos y las ofertas en esas primeras horas si quieren llegar al consumidor.
Fuente: Puro Marketing