Si hay algo tradicional en la vida laboral es la búsqueda de clientes mediante el método conocido como «puerta a puerta». La labor del comercial siempre a ido relacionada la una carpeta bajo el hombro de la persona que tenía como única obligación la captación final del nuevo cliente. Es muy raro el sector empresarial que no necesite clientes para seguir adelante con su función, por lo que podemos decir que la figura del «comercial» ha sido un factor muy importante desde su inicio hasta su fin.
Bien, pues su fin todavía no ha llegado. Solamente se está adaptando al avance tecnológico y a la eficacia de tal herramienta, a través de las redes sociales.
Cada vez las personas nos encontramos más reacios a escuchar al típico comercial de la típica empresa que va a intentar «vendernos la moto» o simplemente, un producto o servicio que no consideramos vital para el desarrollo de la empresa. Es más, mediante las redes sociales, somos nosotros los que nos interesamos en esa búsqueda de productos o servicios en el momento que consideramos necesaria para la empresa. Si a eso le sumamos el tiempo que dedican los españoles a las redes sociales podemos decir que la comercialización viene de una manera más sencilla y económica.
Por otra parte, las redes sociales son un espacio para crear relaciones y para establecer conexiones y conversaciones. Es necesario saber jugar con ello para lograr conectar con los potenciales interlocutores.
Nadie se imagina al director de una empresa buscando un servicio añadido las redes sociales, ese no es el concepto, pero ¿quién no tiene redes sociales a día de hoy?
Cada vez la tecnología en las redes viene con unos filtros de búsqueda más personalizados y con ello nos aproximan cada vez más al cambio tradicional de la comercialización, a favor de las redes.