Santander y Bankinter se sitúan en los dos extremos.
El ejercicio que acaba de terminar fue un vía crucis para los bancos españoles en bolsa. Las siete entidades que cotizan en el Ibex 35 cerraron el año con pérdidas, pero lo más llamativo es que seis de ellas ocupan las primeras posiciones en el ránking de los principales bancos europeos que peor lo hicieron en bolsa.
Santander lidera este ránking, al haberse dejado su acción el 34,8% de su valor a lo largo del ejercicio. Esta caída multiplica por más de cinco veces el promedio de las caídas de los bancos examinados, que se sitúa en el 6,9%. El banco que preside Ana Botín valía a cierre de año 65.792 millones, el 25% menos que a finales de 2014.
La caída de la capitalización bursátil es menor que el descenso del precio de la acción por las ampliaciones de capital realizadas en el ejercicio. La principal fue la de enero de 2014, cuando la casi recién estrenada presidenta anunció que el banco ampliaría capital en 7.500 millones y reduciría el dividendo, con el objetivo de elevar los niveles de solvencia hasta las cotas de sus competidores europeos.
El resto, fueron ampliaciones menores, por el pago del scrip dividend a los accionistas.
A pesar de la mejora de la situación en España y de la recuperación de la cuenta de resultados, Santander ha sido castigado en los mercados, principalmente, por las preocupaciones que afectan a la economía de Brasil, la joya de la corona del grupo.
La acción de Popular bajó casi el 27% en el año y la capitalización bursátil de la entidad descendió hasta los 6.588 millones. El banco que preside Ángel Ron sufre principalmente por sus problemas de rentabilidad: al cierre del primer semestre, era el que presentaba el ROE más bajo entre los cotizados, con un 2,9%.
La cúpula de Popular ha asegurado en varias ocasiones que su modelo de negocio le permitirá volver a niveles sostenibles de rentabilidad. No obstante, la debilidad de la cuenta, unido al castigo que le otorgan los mercados, hace que el banco salga en todas las quinielas sobre la próxima ola de consolidación que afectará al sector.
El descenso de la acción de CaixaBank es muy parecido: un 26,3% en el año, mientras que la capitalización bursátil se ha reducido el 25%, hasta 18.718 millones. El banco que preside Isidro Fainé tuvo un ejercicio difícil en bolsa no sólo por los recelos generalizados de los inversores hacia la banca mediana española, sino también por las incertidumbres relacionadas con las elecciones y el proceso soberanista en Cataluña.
De hecho, inmediatamente después de CaixaBank en el ránking se sitúa el otro banco cotizado catalán, Sabadell, cuya acción se depreció en el ejercicio un 25,9%. Su valor en bolsa, sin embargo, es prácticamente igual al que tenía al cierre de 2014, gracias a la ampliación de capital realizada para la adquisición del británico TSB.
Muchos menores son las pérdidas registradas por BBVA y Bankia. La acción del banco que preside Francisco González se dejó en 2014 el 14,2% de su valor en bolsa y la capitalización bajó el 11,5%, hasta los 42.905 millones, ya que también BBVA realizó ampliaciones para el pago de dividendo. En 2015, por lo tanto, el segundo banco español consiguió recuperar parte del terreno perdido frente a sus competidores durante el anterior ejercicio, cuando fue el peor banco del selectivo español con pérdidas superiores al 12%.
Bankia, a su vez, (perdió bajó) un 13,4% en el ejercicio y su capitalización se redujo hasta los 12.370 millones. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri pagó en 2015 su primer dividendo y también concluye su primer plan estratégico trienal, con prácticamente todos los objetivos alcanzados. No obstante, en el mercado persisten dudas sobre su capacidad de seguir creciendo a esos ritmos, debido al contexto macroeconómico y de tipos de interés.
Fuente: Expansión