La división AWS, que vende servicios informáticos en la nube a empresas, se ha convertido en un motor de crecimiento del gigante estadounidense y en el sostén de sus beneficios.
En 2006, Amazon decidió entrar en un nuevo negocio. A Jeff Bezos, fundador de la cibertienda, se le ocurrió rentabilizar la gigantesca plataforma tecnológica que utiliza la compañía alquilando a las empresas capacidad de cómputo y de almacenamiento. Nacía entonces Amazon Web Services (AWS), pionera en la oferta de servicios cloud.
Casi una década después, AWS se ha convertido en un negocio clave para Amazon. Sus resultados, que se han desvelado por primera vez este año, han sorprendido gratamente a los analistas. Los ingresos de la división, que tiene más de un millón de empresas clientes, crecieron un 78% en el último trimestre, hasta 2.090 millones de dólares, con un beneficio operativo de 521 millones de dólares.
DETRÁS DE LOS BENEFICIOS
AWS le reporta a Amazon tantos beneficios operativos como su cibertienda de Norteamérica y su buena marcha explica en gran medida por qué la compañía, habitualmente en pérdidas, ha presentado beneficios netos en los dos últimos trimestres. Los analistas predicen que AWS puede alcanzar en 2015 un volumen de negocio de unos 10.000 millones de dólares, el doble que en 2014.
AWS ha contribuido a la explosión de start up. Sin el modelo de pago por uso del cloud computing, la inmensa mayoría de estas empresas no habría tenido fondos para montar su infraestructura tecnológica. Compañías como Spotify, Netflix y Dropbox son clientes de AWS. «Hemos democratizado la tecnología dando acceso a todo tipo de compañías a recursos de alto nivel tecnológico, antes accesibles sólo a las grandes empresas», defiende Guillem Veiga, director de AWS en España, quien asegura que la adopción en España del cloud es muy alta. «Buena parte del Ibex 35 son clientes».
Fuente: Expansión